El fuego griego fue un arma mortífera incendiaria, que salvó
a la gran Constantinopla del asedio islámico. Sin embargo, los ingredientes de
este extraño (y pretendido) fuego bizantino, cuyas llamas tenían la increíble capacidad
de devorar a las flotas enemigas con enorme y desconcertante rapidez, no se han
podido descubrir hasta nuestros días, por lo que algunos lo han considerado
como una suerte de nuevo Santo Grial.
Lo que sí se sabe, además, es que apagar el fuego griego era
una verdadera odisea. Una vez emprendían su camino devorador, era casi que
imposible detenerlas. Sin embargo, hoy se sabe que mediante una combinación de
vinagre fuerte y orina, era viable hacerlo.
También llamado “fuego marino” o, bien, “fuego romano” (como
lo denominaron los árabes), el fuego griego que, dicho sea de paso, fue el
nombre que le asignaron los cruzados, se ha convertido en una verdadera
obsesión para los científicos de muchas de las épocas posteriores a aquella en
la que estas llamas ardían con gran ferocidad. ¿Se trata de un nuevo Santo
Grial?
Se le utilizó durante muchas batallas navales, por parte del
Imperio Bizantino, entre lossiglos VII y XIII. Como lo anotábamos, era capaz
de arder sobre el agua pero, lo más desconcertante aún, era que seguía ardiendo
cuando se le arrojaban toda una serie de líquidos, entre ellos, el agua por
supuesto.
Sorprende, verdaderamente, que aún con los enormes avances
científicos y tecnológicos de nuestro tiempo, nadie haya logrado “reescribir”
la fórmula de este extraño tipo de fuego. Químicos y científicos de muchas
otras especialidades, lo han intentado sin éxito. Habrá que seguir esperando a
que a alguien “se le prenda la chispa” de este nuevo Santo Grial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario