Este es uno de los temas sobre los que más se ha escrito y
debatido, desde mediados del siglo XX, cuando se presentó el hoy famosísimo “incidente
de Roswell”, en Nuevo México.
Sin embargo, existe evidencia fehaciente de que seres
inteligentes del espacio exterior, visitaron la tierra desde la antigüedad,
según serios estudios que se han llevado a cabo en casi todas las latitudes.
Ahora, de acuerdo con los cálculos matemáticos “más
optimistas”, ni aun viajando a la velocidad de la luz, llegarían en un tiempo
prudencial desde la galaxia más cercana a la Vía Láctea. Surge, entonces, un
interrogante obligado: ¿cómo hicieron para llegar?
Es más: los interrogantes se van desplegando como una suerte
de efecto dominó, esto es, que surge uno tras otro como, por ejemplo, ¿llegaron
desde hace decenas de miles de años y se quedaron aquí?
O, más bien, vienen y se van constantemente, como si el
planeta tierra fuese su casa de recreo o su laboratorio de toda una serie de
experimentos insospechados para nosotros?
Existe una tercera opción conceptual, que ha sido acuñada por
algunos estudiosos que recurren a la Física Cuántica (o Mecánica Cuántica) y a
ciertos principios de la Astrofísica, para sostener que “los extraterrestres
han logrado viajar en el tiempo, para arribar a la tierra”.
También, han plasmado una teoría tan temeraria como posible: “que
la inteligencia extraterrestre ha logrado encoger el espacio, para poder llegar
desde tan enormes distancias”.
En fin y a todas estas, sea cual fuere la teoría a la que nos
allanemos, es claro que están con nosotros o, si se quiere, “entre” nosotros desde
los inicios de la civilización y, quizás, desde mucho antes.
Los reportes de avistamientos, de encuentros cercanos e,
incluso, de abducciones y de interacción sexual, son casi que innumerables, lo
que hace que sea indiscutible su existencia, a pesar de la necia insistencia de
los escépticos.
De otro lado pero en el mismo orden de ideas, es preciso
auscultar las razones de la recurrente reticencia de los gobiernos de las
grandes potencias, a manifestarle a la humanidad, de una vez por todas, que
existen los extraterrestres.
A este último respecto, digamos que disponemos de una espléndida
evidencia: el hoy ex primer ministro de Rusia, Dmitri Medvedev, fue sorprendido
manifestándole a una periodista, palabras más palabras menos, que “no es
posible sacar este fenómeno a la luz pública, porque el pánico se apoderaría del mundo entero”.
Adicionalmente, tenemos las declaraciones de un ex primer
ministro canadiense, prácticamente que aceptando la existencia de estos seres.
En lo que a Chile respecta, tenemos que, desde hace ya casi dos décadas, se
creó una agencia estatal para estudiar este fascinante fenómeno.
El intenso debate continuará, quién sabe por cuantas décadas
más. En lo que a nosotros respecta, resta con manifestar que, desde este “foro
público”, estaremos plasmando nuestros conocimientos sobre este fascinante y
hasta atemorizante tema.
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